11 de diciembre de 2022


BÉJAR Y LA GLORIOSA EN EL MUSEO DE HISTORIA DE MADRID

    Como cada 28 de septiembre -desde hace ya muchísimos años- la cuidad de Béjar conmemora los hechos ocurridos en la misma allá por 1868, en la que un grupo de aguerridos y valientes bejaranos plantó cara -y venció- a las tropas monárquicas de Isabel II en la llamada revolución de La Gloriosa. No es nuestra intención volver a glosar tales acontecimientos, analizados en numerosas publicaciones locales de fácil acceso y lectura para los interesados.

    También está bien estudiada la repercusión que tuvo este episodio bélico a nivel nacional e, incluso, internacional. Fue sobre todo en la prensa nacional de la época donde quedaron registrados con detalle los acontecimientos ocurridos aquel día trágico y a la vez heroico de nuestra ciudad.

    Por otro lado, contamos con las magníficas imágenes que el fotógrafo de origen francés Juan Cambón realizó in situ el mismo día de los sangrientos acontecimientos. A pesar de lo temprano de estas fotografías, no son las vistas fotográficas más antiguas fechadas de Béjar pues un año antes había visitado y trabajado en nuestra ciudad el fotógrafo -también de origen francés- J. Laurent.


Grabado publicado en El Museo Universal (Nov. 1868) según modelo
de la fotografía tomada en Béjar por Juan Cambón en septiembre de 1868.


    Pero la gesta bejarana se manifestó también en otras representaciones gráficas menos conocidas o, incluso, inéditas hasta la fecha y que hoy quiero rescatar. Habló concretamente de un pequeño cuadro conservado y expuesto en la segunda planta del Museo de Historia de Madrid, en el que se representa la solemne y festiva entrada del victorioso general Prim en la villa de Madrid el 7 de octubre de aquel año de 1868. Documentada está la presencia bejarana en este acontecimiento, pues sabemos que la recién nombrada Junta Revolucionaria Local había mandado representantes desde nuestro ayuntamiento para asistir al recibimiento del célebre general y entrevistarse con él en los días posteriores a su llegada a la capital. Los representantes bejaranos fueron invitados por sus homólogos del distrito de La latina y el por el Gremio de Comerciantes para ocupar un lugar destacado en esta masiva expresión de júbilo del pueblo madrileño. Se ha podido documentar la hechura de una bandera que hubo de viajar desde Béjar a Madrid en manos de los miembros de los representantes bejaranos, en la que se bordó el nombre de nuestra ciudad con el fin de que luciera en este evento triunfal. Esta bandera se costeó mediante una suscripción popular pues el sobrante del dinero de su fabricación se utilizó para indemnizaciones de los fallecidos en los combates.


Paso del General Prim bajo el arco triunfal levantado en la calle Alcalá tras la
Revolución de Septiembre de 1868
. Museo de Historia de Madrid, h. 1868. Anónimo.

    
    En el cuadro al que ahora aludimos se ilustra un momento y lugar concreto del desfile en honor al general, situado en la calle Alcalá en su itinerario triunfador hacia la Puerta del Sol. Además de varios edificios reconocibles, se representa en él uno de los numerosos arcos efímeros que se levantaron para conmemorar esta empresa militar con inscripciones, banderas e imágenes alusivas a la victoria sobre las tropas realistas. En el centro, sobre un caballo de pelaje colorado, sobresaliendo entre el gentío, la figura altiva de Prim. A su derecha (izquierda del espectador), agudizando bien la vista, se puede ver con claridad una bandera estandarte desplegada en la que se lee con claridad LOOR ETERNO A LOS HEROES DE BEJAR. He aquí la representación pictórica de la bandera bejarana que viajó a la capital en memoria de nuestros caídos.


Detalle de la bandera enviada desde Béjar con la inscripción a los héroes caídos en esta ciudad.

    
    No es esta la única representación gráfica que conocemos de esta bandera. Existe un conocido grabado -publicado también en la prensa de la época- de un momento y lugar diferente del desfile, concretamente en la carrera de San Jerónimo frente al Congreso de los Diputados, en el que se puede ver de nuevo el estandarte con el nombre de nuestra ciudad; esta vez se lee un simple BEJAR. Creo acertar si afirmo que, a pesar de las diferencias entre ambas imágenes, solo lució en el desfile de Prim una bandera alusiva a Béjar y que la diferencia en el tamaño de la inscripción reside en el hacer y la memoria de los artistas que la representaron en el grabado y en la pintura que nos ocupa.


El General Prim frente al Congreso de los Diputados, 1868.


    Para terminar con esta segunda cápsula, recojo dos testimonios escritos coetáneos al acontecimiento que hemos descrito y en el que se menciona de manera directa la bandera bejarana. En la edición de la noche de ese mismo 7 de octubre de 1868, el periódico madrileño La Correspondencia de España (en su número 3976) se hace eco, en una extensa y detallada crónica, del recibimiento que la capital bridó a su nuevo héroe. En un momento de esta descripción se indica;

El grupo, o mejor dicho, batallón numeroso del comercio de Madrid, llevaba un estandarte con crespones negros y una riquísima corona de siemprevivas. El estandarte ostentaba el glorioso nombre de Béjar (…) Los comisionados de Béjar que han formado esta tarde parte de la comitiva, detrás del estandarte en cuyo centro se leía el glorioso nombre de aquella población, eran los Sres. Melitón Sánchez, D. Ángel Acosta y D. Felipe Ajero

    Fechada un día después, el 8 de octubre de 1868, se conserva una carta remitida por el mismo Ángel Acosta al ayuntamiento bejarano en la que, como protagonista directo del acontecimiento, da detalle de la misma jornada. En un momento de dicha carta indica como

Acompañándonos va la bandera de Béjar que se ha hecho esprofeso para este acto*

    También Juan Muñoz Peña mencionó este episodio y la bandera protagonista en su obra Béjar reseña al Vapor de sus hechos políticos pasados y presentes de 1868.


Desfile militar ante el Congreso de los Diputados con motivo del triunfo de la Gloriosa.
Museo del Romanticismo, Madrid, h. 1868. Atribuido a Joaquín Sigüenza Chavarrieta.
    
    
    El cuadro del Museo de Historia de Madrid tiene el número de inventario 3986. Se expone como anónimo aunque guarda una estrecha relación formal con otra obra conservada a pocos metros de él. En el Museo del Romanticismo se expone un pequeño lienzo atribuido a Joaquín Sigüenza Chavarrieta titulado Desfile militar ante el Congreso de los Diputados con motivo del triunfo de la Gloriosa que coincide con el momento del desfile representado en el grabado antes mencionado frente al Congreso de los Diputados, pero en el que no se representa la bandera bejarana.


J. Félix Sánchez Sancho - Septiembre 2022


*Esta carta fue rescatada y publicada por Carmen Cascón Matas en 2018.

BREVE HISTORIA DE UN DINTEL

    En la calle Flamencos número 4 permanece inmutable al paso de los años la puerta de acceso de lo que fue una antigua casa obrador textil del s. XVIII, en cuyo dintel se puede leer -con perfecta claridad- un nombre y una fecha; JUAN LUIS MELUIS AÑO DE 1738. Pero, ¿quién fue Juan Luis Meluis? ¿Por qué dejó memoria pétrea de su existencia? Sabemos por la documentación que Juan Luis Meluis llegó a Béjar con sus padres Jorge Menuis y Getrudes Mosson (naturales de la región de Bruselas) en un momento indeterminado entre finales del s. XVII y comienzos del s. XVIII. Su padre era fabricante de barraganes y sempiternas (paño basto de lana) y recaló en Béjar, donde estableció taller, atraído por la creciente industria textil lanera que, por aquel entonces, estaba favorecida y tutelada por la casa ducal bejarana. A comienzos de 1713 muere su padre, del que Meluis seguramente obtuvo sus primeros conocimientos técnicos en el arte de tejer. En 1715 nuestro protagonista era oficial en el taller del maestro francés Juan Bautista Lormier “fabricante texedor de géneros de mantelería” con quien aprendió y perfeccionó las técnicas de la pañería fina. En torno a 1716, terminada su formación, emprendió su trayectoria industrial en solitario. Comenzaba la fulgurante y breve carrera (poco más de dos décadas) de un fabricante textil de origen extranjero cuyos genes, tal y como ahora detallaremos, quedaron impresos en las grandes sagas industriales bejaranas del s. XIX y XX.




    Respecto a su biografía personal, a comienzos de 1710 casó con Ana María del Castillo. Entre 1711 y 1716 nacieron 6 hijos del matrimonio; Jetrudes (Gertrudis), María Margarita, Antonio Luis, Ana Águeda, María Ana y Josepha. María Margarita, nacida en Béjar en 1712, profesó como religiosa en el convento de las Comendadoras de Sancti Spiritus de la villa de Alcántara, donde era organista. Había aprendido música de órgano, canto llano y arpa en Béjar, Piedrahita y Plasencia. Estamos -seguramente- ante la primera mujer música documentada originaria de nuestra ciudad. Josefa Meluis, nacida en Béjar en 1716, será quien herede el negocio familiar. Casó en 1734 con Salvador Yagüe. A la muerte de su suegro, Salvador explotó y aumentó el obrador textil convirtiéndose en uno de los principales industriales bejaranos del tercer cuarto del s. XVIII. Josefa y Salvador son los bisabuelos paternos del potentado placentino Julián Yagüe, cuyas hijas se vincularon por matrimonio con las sagas industriales de los Rodríguez Arias y Gómez Rodulfo por cuya sangre corre aún los genes de su antepasado flamenco.




    En cuanto a la casa obrador que nos ocupa, sabemos que -en octubre de 1737- Meluis solicitó licencia al duque de Béjar para que le vendiese el “solar (mostrenco) de casa en esta villa y colazion de San Juan de ella a la calle del Collado, que sale del cementerio de dicha iglesia a Campo Pardo” con el fin de reedificar la casa arruinada y establecer en ella su vivienda y taller. Hasta ese momento, y durante dos décadas, había trabajado y vivido de renta en diferentes inmuebles de la villa. La prosperidad del negocio, y la necesidad de un espacio físico mayor, le obligó a buscar un lugar en el que construir y asentar de manera definitiva las máquinas de su fábrica. La venta oficial del solar se realizó en febrero de 1738 y ese mismo año se construye la casa obrador que ha llegado hasta nuestros días. Poco la disfrutó Juan Luis pues murió en Madrid el 6 de noviembre de 1739. Había acudido a la capital para ocuparse de cuestiones comerciales referentes a su profesión. Su cuerpo fue enterrado en la parroquia madrileña de Santa Cruz. Su mujer le sobrevivió 3 años, murió en mazo de 1742. A la muerte de Meluis funcionaban en su nueva casa obrador “6 telares corrientes”, entre otros artefactos textiles.

    En contadas ocasiones se tienen tantos -y tan precisos- datos de un obrador textil del periodo preindustrial bejarano. No estaría de más señalizarlo y contar su historia. Quizás adquirirlo de manera pública y dedicarlo al conocimiento del Patrimonio Industrial de nuestra ciudad. Molinos, batanes, pesqueras, tintes, tendederos y obradores formaban -y forman- parte del pasado textil de Béjar. Valorémoslo.

J. Félix Sánchez Sancho - Mayo 2022