16 de octubre de 2015

EL ACUEDUCTO DE BÉJAR EN EL IX CONGRESO NACIONAL DE HISTORIA DE LA CONSTRUCCIÓN

José Muñoz Domínguez y Juan Félix Sánchez Sancho presentaron, el pasado miércoles 14 de octubre, una comunicación sobre el acueducto de Béjar en el IX Congreso Nacional de Historia de la Construcción (y I Congreso Iberoamericano), encuentro bienal organizado por la Sociedad Española de Historia de la Construcción (SEDHC) y el Instituto Juan de Herrera que esta vez se celebra en Segovia entre el 13 y el 17 de octubre.

   Con el título de "El acueducto de la Corredera. Abastecimiento de agua potable en Béjar entre los siglos XV y XIX" y dentro del grupo de trabajo dedicado a las construcciones hidráulicas, los autores mostraron las características de esta obra pública a partir de los escasos restos conservados, la documentación histórica y las reconstrucciones gráficas. También expusieron la evolución de las técnicas empleadas en ella desde mediados del siglo XV, con la conducción del agua por medio de arcaduces de cerámica, el sistema de sifón invertido de 1574-1597, la introducción de un encañado aéreo sobre arcos de piedra en 1597, las reparaciones parciales del siglo XVIII y, finalmente, la sustitución de toda la instalación antigua por una nueva cañería de hierro realizada a mediados del siglo XIX. Al final de su exposición, se pusieron en evidencia las carencias en la protección de los restos conservados, las deficiencias en las intervenciones recientes y el escaso conocimiento de esta obra por parte de la población y de la Administración. 
 
   La sesión estuvo presidida por Dirk Bühler y en ella se presentaron otras cinco comunicaciones sobre construcciones hidráulicas de España e Iberoamérica: Vania Avelar habló de la restauración de las bicas (fuentes) públicas coloniales de Olinda (Brasil); Juan Cabrera sobre el acueducto de Valladolid, en el estado de Morelia (México); Juan Carlos Castillo sobre las tomas de agua del Acueducto de Segovia; Abraham Sánchez sobre la rehabilitación del acueducto del padre Tembleque entre Otumba y Zempoala (México); y José Carlos Sanz sobre el sistema hidráulico de los jardines medievales de San Miguel de Pedraza (Segovia). En el congreso se presentará un total de 170 comunicaciones, ya publicadas en los tres volúmenes de actas, que estarán disponibles en la web de la Sociedad Española de Historia de la Construcción transcurrido un año desde la celebración del evento. Recordamos a los lectores que también está disponible en este sitio web otra comunicación de los mismos autores, junto con José Carlos Sanz Belloso, sobre "El estanque de la villa renacentista El Bosque, una presa holandesa en Castilla", presentada al VI Congreso Nacional de Historia de la Construcción celebrado en Valencia en 2009.
 
   El contenido de la comunicación presentada ahora será ofrecido por Juan Félix Sánchez y José Muñoz ante el público bejarano en una charla organizada por el Grupo Cultural San Gil dentro del actual Año Europeo del Patrimonio Industrial y Técnico (en el que se incluye este tipo de obra pública), actividad que se anunciará oportunamente.
 

9 de septiembre de 2015

EXPOLIO Y RUINA DE EL BOSQUE DE BÉJAR. FOTO DENUNCIA 13: Pese a que el Alcalde dijo: "solucionado el problema de agua para la finca renacentista de El Bosque"

Si el agua es necesaria en cualquier jardín, en el caso de El Bosque es la razón de su esencia y de su existencia, como señaló la arquitecta paisajista Consuelo- Martínez Correcher, infatigable defensora de la integridad del monumento. Ella señaló que El Bosque sin agua no es nada y además apuntó que la regadera es como un cordón umbilical que lo une a la Sierra. Pero la regadera no solo alimenta estanques, fuentes, jardín, prados y huertas sino que también riega un bosque de galería formado a lo largo de casi cinco siglos, desde la entrada al Parque Forestal de Monte Mario hasta la boca de alimentación del desarenador del estanque. Además, se requiere agua para la estabilidad del templete de la isla, basado sobre "dos docenas de toças de roble" y otros maderos dispuestos horizontalmente, según un documento de 1592. 
    
    
     A pesar de que el arroyo del Barquillo tiene en estas fechas un caudal razonable, y también lo es el de la parte alta de la regadera de El Bosque, que se nutre del mismo, a la villa renacentista no entra ni gota, desmintiendo así al Alcalde, que anunció el pasado 15 de julio a bombo y platillo en una rueda de prensa: "solucionado el problema de agua para la finca renacentista de 'El Bosque'".

     Problemas ocasionales de falta de agua ha habido en otras épocas, pero lo que no había ocurrido hasta que El Bosque pasó a propiedad pública es que la falta de agua fuese habitual incluso en períodos de copiosas lluvias. Anteriormente, tanto la casa ducal como Cipriano Rodríguez Arias y sus herederos, velaron activamente por la defensa de los derechos de agua. A modo de ejemplo, en 1815 el administrador ducal denunció ante el Juzgado la sustracción de agua de El Bosque por parte de vecinos de Candelario. Más próximo a nuestros días, en 1950, D. Nicolás Oliva denunció a un vecino de Palomares "por llevarse el agua de la regadera a cubos".
 
     Desde que en 1999 El Bosque fue propiedad pública, ni el Ayuntamiento ni la Junta de Castilla y León, que figuran como propietarios, han instado procedimiento judicial alguno por sustracción de agua, pese a los numerosos escritos de denuncia que les han dirigido tanto el Grupo San Gil, desde 2001, como, más recientemente, la Plataforma para la Defensa de El Bosque de Béjar.

     Refiriéndonos a este año, en enero se presentó una moción de todos los Grupos municipales excepto el PP, que fue rechazada con los votos de este último, para tratar de asegurar el abastecimiento de agua a El Bosque en verano de 2015. Quizás por ello ha habido episodios de carencia de agua en el mes de mayo, carencia que se ha convertido en habitual de junio en adelante.

     Por ese motivo la Plataforma dirigió al Alcalde el 30 de junio pasado un escrito que, al igual que otros muchos, no ha recibido respuesta alguna por su parte. Este silencio, o tal vez ignorancia, no se corresponde con los usos democráticos ni con la buena educación. En aquel escrito se decía, entre otras cosas, que: "No es de recibo que los dineros gastados este año en la regadera solo sirvan para que propietarios privados lleven más agua que nunca a sus prados mientras que a El Bosque no llega ni una gota", para terminar de esta manera:
 
"Sirvan este escrito y el plano y las fotografías que se acompañan como una denuncia formal del expolio y de que el Ayuntamiento está haciendo una dejación de sus funciones de mantenimiento y vigilancia. Exigimos, en consecuencia, que el Ayuntamiento acabe de limpiar la regadera y que la vigile de ahora en adelante para evitar las sustracciones de agua, así como que denunciando judicialmente a quienes fuesen autores de esas sustracciones". Se insistía entonces, vemos que sin resultado, en la necesidad de evitar la carencia de agua en El Bosque por causas no naturales.

      Los trabajos de limpieza de la regadera de El Bosque se han interrumpido hace ya varias semanas (vaya usted a saber por qué). En el cauce de regadera desde la carretera de Candelario a Navacarros hasta El Bosque, aún sin limpiar, hay numerosos puntos con vegetación y piedras que remansan el agua y aumentan las filtraciones. Además de ello, hay un sumidero en la parte alta de Monte Mario que se traga buena parte del agua que llega hasta allí, en los días en que eso ocurre. Ocasionalmente el agua puede llegar hasta la Cascada de los Pinos, o incluso algo más abajo, pero no alcanza a entrar en El Bosque. Esto está exigiendo urgentemente una limpieza correctora, sin rebajar la vigilancia para evitar sustracciones.
 
 

 
     Esta foto denuncia que hace el número 13 de la serie, es una más de las publicadas por la Plataforma sobre la falta de agua, dada la trascendencia de ese elemento para la pervivencia de la villa renacentista, y por la facilidad y economía de la solución del problema: mantenimiento, limpieza, vigilancia y, cuando haga falta, denuncia de los que sustraigan el agua (como hicieron los propietarios anteriores que tuvo El Bosque). Todo ello muy barato y asequible, aún en tiempos de crisis.


PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE EL BOSQUE DE BÉJAR
 
 
 
    

12 de agosto de 2015

EXPOLIO Y RUINA DE EL BOSQUE DE BÉJAR. FOTO DENUNCIA 12: EL INVERNADERO ARRUINADO.


Con su cristalera casi perdida, la estructura de hierro oxidada o deformada y el interior en un estado lamentable, el invernadero de El Bosque ofrece la peor imagen desde que fue instalado tardíamente y en el lugar más inoportuno. Desde la Plataforma se pide su recuperación funcional en un emplazamiento menos problemático.

     Se trata de una instalación indispensable para la aclimatación y protección invernal de plantas exóticas y para la reposición de las comunes, encajada malamente en un elemento viario de gran interés para la comprensión del conjunto aterrazado: la rampa lateral Norte, trazada en el siglo XVI entre la terraza inferior y la Huerta de los Bojes a través del Jardín Principal, interrumpida por el invernadero desde fecha indeterminada, pero, desde luego, relativamente reciente.

Estado del Invernadero en el año 2000
(Plan Director)
       En el plano de 1871, la mencionada rampa aparece expedita, sin ninguna estructura interpuesta que recuerde a un invernadero, lo que permite asegurar que su construcción fue posterior, aunque ya consta un “invernadero para flores” en la certificación del 8 de mayo de 1877 expedida por Nicomedes Martín Mateos (entonces registrador de la propiedad en Béjar) a favor del propietario de El Bosque, Cipriano Rodríguez Arias, para su nombramiento como senador. Considerando las nulas cualidades artísticas de este invernadero, tan distintas de otras estructuras de hierro instaladas en El Bosque en la etapa decimonónica, no parece que su construcción se encargase a los mismos artesanos locales: formalmente no se parece en nada a las pérgolas y cenadores próximos (como el que fue objeto de nuestra última foto denuncia) o al templete neomorisco de la isla, fechado en 1896. Tampoco es comparable a otras estructuras similares, muy comunes en la arquitectura doméstica burguesa realizada en Béjar a finales del siglo XIX o principios del XX, como las galerías acristaladas meridionales y los elaborados miradores de forja que adornan la Calle Mayor y otras aledañas, tan populares entre aquella “aristocracia de fabricantes” (Madoz dixit) cuya cabeza visible y mayor contribuyente era el propio D. Cipriano.

Invernadero - 2 de febrero de 2015
     Si el tosco invernadero conservado es el que se instaló entre 1871 y 1877, parece que el acaudalado industrial habría cedido al mero pragmatismo, renunciando a una estructura más artística como las que por entonces estaban de moda en los jardines capitalinos, aún teniendo a su alcance la excelente y barata mano de obra local. No obstante, también cabe pensar en una ampliación o sustitución posterior al fallecimiento de D. Cipriano, tal vez encargada durante el período de su hija Manuela Rodríguez Arias (1895-1919) o incluso más tarde, en los años de su nieta María Rodríguez Rodríguez-Arias (1919-1948), aunque anterior a 1943, fecha del croquis dibujado por Anselmo Arenillas previo a la declaración de El Bosque como Jardín Histórico Nacional en 1946, donde aparece rotulado el invernadero en su localización actual.

     En cualquier caso, como queda dicho, la instalación no sólo presenta un estado deplorable en cuanto a carpintería de hierro, pérdida de casi toda la cristalera o tejado tóxico de uralita, de febrero de 2015), sino que interrumpe groseramente el trazado renacentista del sistema de terrazas, impidiendo la circulación completa entre ellas y, por tanto, privando al público de parte de su composición original, un valor cuya recuperación debería ser prioritaria y que, además, facilitaría el acceso de personas con dificultades motrices o de los propios jardineros cuando necesiten desplazar herramientas o materiales mediante carretilla. En el Plan Director de El Bosque (2000) se valora el invernadero como “estufa” y se propugna su conservación, aunque supeditada a un estudio de viabilidad “Para analizar la estructura (…), y valorar así su mantenimiento” (PD, Vol. V, p. 47). Ciertamente, la Carta de Florencia y la legislación aplicable al caso defienden el respeto por la aportación de cada época en la evolución de un Jardín Histórico, criterio que se ha seguido en la restauración del templete de la isla, pero no con el desaparecido cenador de hierro de la Huerta de los Bojes y otros elementos de notable interés. Consideramos que la aportación histórica de esta estufa o invernadero es muy escasa en comparación con la recuperación del trazado renacentista de la villa, lo que no implica la desaparición de su estructura acristalada ni la renuncia a su funcionalidad (tan necesaria), pues es perfectamente posible desmontarla, restaurarla y montarla de nuevo en el cercano Prado Chiquero con la misma o parecida orientación Sur, operación que proponemos desde esta Plataforma y solicitamos al Órgano Competente.


PLATAFORMA PARA LA DEFENSA DE EL BOSQUE DE BÉJAR